dijous, 17 de juny del 2010

Los comerciantes salen a la calle para amortiguar la bajada de ventas

Unos 70 tiendas instalarán paradas en la plaza Major y calles del centro los jueves de verano
MIQUEL ADROVER. PALMA.
Los comerciantes de Palma han decidido salir a la calle durante este verano para amortiguar la bajada de ventas que están sufriendo a raíz de la crisis económica. Cada jueves desde las 10,00 horas de la mañana y hasta las 21,30 horas unos 70 comercios instalarán paradas con sus productos en la plaza Mayor, plaza Porta Pintada y calles del centro como Sindicato, Sant Miquel o Jaime II.La iniciativa es de la Associació del Petit i Mitjà Comerç de Mallorca (Pimeco). Cuenta con la colaboración del ayuntamiento de Palma para habilitar las infraestructuras que posibiliten sacar los comercios a la vía pública y que permitan tener abierta las paradas hasta las 21,30 horas.El presidente de Pimeco, Bernat Coll, explicó que los comercios están sufriendo de forma especial la crisis económica y han visto reducida su caja entre un 10 y un 12% respecto al año pasado. "El mes de mayo ha sido muy malo y si bien la reducción de ventas no es tan acusada como el año pasado, seguimos bajando en volumen de negocio", afirmó Coll.La intención es poner en práctica la experiencia de las ferias de ofertas que tan bien han funcionado en los últimos años para el comercio palmesano. En esta ocasión, según el presidente de Pimeco, los comerciantes intentarán sacar a la calle las dos variantes de productos: por una parte las ofertas y por la otra, las novedades que acaban de llegar a sus almacenes.El objetivo de esta campaña es crear un aliciente a los compradores para que durante el verano puedan pasear por las calles y plazas del centro de Palma y al mismo tiempo fomentar la compra en los comercios tradicionales.Desde Pimeco aseguraron que esta iniciativa de sacar las tiendas a la calle está abierta a todos los comerciantes, independientemente de la asociación a la que estén adscritos.Los establecimientos que están ubicados en las calles del centro podrán instalar su puesto de venta ambulante delante de sus tiendas. Para los comerciantes de fuera del centro se han habilitado la plaza Major y la plaza de la Porta Pintada para poner su puesto de venta.El edil del ayuntamiento de Palma, Andreu Ferrer, animó a los comerciantes a "poner en marcha este tipo de iniciativas para mejorar su competitividad". Asimismo, puso a disposición del sector las infraestructuras municipales para que la campaña Comerç al Carrer discurra con normalidad y puedan mejorar sus ventas mediante este tipo de actividades.

Pequeño comercio

CARLOS GARRIDO
WWW.CARLOS-GARRIDO.COM
Hace pocos días se presentaba en Palma un libro muy importante. Se trata de la tesis de Jaume Franquesa i Bartolomé "Sa Calatrava mon amour". Un estudio social y urbanístico de esta barriada tan emblemática del casco antiguo. El material recogido es impresionante: desde las batallas políticas entre asociaciones a los personajes, los cambios, los procesos de especulación, las diferentes visiones de ciudad. En medio de ese caudal, me llamó la atención una evidencia.Los residentes históricos de esta parte de Palma recuerdan con nostalgia los tiempos en que todas esas calles estaban llenas de comercios. Te ennumeran con los ojos cerrados los hornos, el carbonero, los colmados, el zapatero... Los "calatravins" vivían en un espacio reducido, con la muralla por un lado, la Seo como último mojón, las iglesias y conventos, las plazas. Pero llevaban vida de barrio.Hoy, con contadísimas excepciones, esos pequeños comercios han desaparecido. "Per qualsevol cosa hem de passar ses Avingudes" se quejan. Y es que el desarrollo de la ciudad ha sido bien distinto a uno y otro lado del cinturón avenidario. Hacia poniente, los usos son residenciales y especulativos. Hacia levante, ha crecido una barriada popular con todo lo que ello significa. Esta famosa crisis tiene muchos orígenes. Pero uno de ellos ha sido sin duda la concentración económica y comercial en sectores cada vez más reducidos y oligárquicos. Las grandes cadenas, superficies, franquicias, han supuesto la ruina para muchos pequeños comercios, en nombre de la competencia y la modernidad.Sin embargo, esa misma matemática ha forzado muchísimo el sector agrario, lo ha sometido a una situación insostenible. Ha estrangulado a los pequeños suministradores. Unas corporaciones invisibles manejan los hilos, hacen temblar las economías.Y uno se pregunta si el mundo que saldrá tras la crisis no volverá de nuevo a los pequeños comercios. A esas tiendecitas de fruta que ahora vuelven a desarrollarse. A mercados más de barrio, más abarcables. Tal vez menos competitivos, pero más humanos.Porque no deja de ser desolador y triste pasear por esas calles del centro histórico sin ningún comercio. Convertidas en un decorado para turistas y casas silenciosas.

dimarts, 15 de juny del 2010

Edificios fantasma en Barcelona y Madrid

Silvia Angulo
Están vacíos. Sin alma y sin uso a corto plazo. Pero siguen en pie. Estáticos y monumentales como si el reloj se hubiera parado para ellos hace años. Son edificios singulares por estar situados en lugares privilegiados de la ciudad; Via Laietana, paseo de Gràcia, Gran Via o plaza Catalunya. Sin embargo, su céntrica ubicación de poco a servido para que los proyectos de transformación vinculados a estos edificios salgan adelante en estos tiempos de crisis. Algunos de ellos, comprados por promotoras a precios astronómicos cuentan con licencias de obras para empezar de manera inmediata, pero debido a los problemas de financiación permanecen paralizados.

El antiguo Palacio del Cinema de Via Laietana, propiedad de la cadena Balañá, lleva años esperando unas "reformas" que no llegan. A falta de planes de futuro mantiene el edificio vacío desde hace más de un lustro. El inmueble del Banco de España, en Portal de l'Àngel, no está desocupado, pero la entidad bancaria sólo utiliza un par de plantas del edificio. El resto está vacío. El Ayuntamiento de Barcelona y la oposición municipal se plantearon hace un tiempo reclamar la propiedad de este inmueble, que pertenece al Ministerio de Hacienda. CiU incluso propuso albergar en este céntrico edificio la biblioteca provincial de Barcelona que debe desarrollarse junto a la estación de França y que también está en vía muerta. Otros ejemplos son la antigua sede de Banesto en plaza Catalunya con paseo de Gràcia o el antiguo edificio que ocupaba Codorniu en la Gran Via. Hace cuatro años, en pleno boom inmobiliario, la empresa vinícola vendió el inmueble a la cadena de hoteles Catalonia para ubicar en este espacio un establecimiento de lujo. El precio de la operación ascendió a 32,8 millones de euros. La cadena de la familia Vallet pretendía invertir 7,2 millones de euros para transformar este singular inmueble en un hotel de cuatro estrellas. La reconversión no acaba de llegar. Una enfermedad, esta de los edificios vacíos, que no sólo aqueja a Barcelona. El céntrico rascacielos de plaza España, en Madrid, está afectados por este mismo mal. Lo cierto es que el paso de los años y el desuso están haciendo mella en ellos, otorgándoles un aspecto fantasmagórico. Fuentes consultadas por este diario no aciertan a responder hasta cuándo estos inmuebles permanecerán vacíos. La salida de la crisis lo determinará.