El consumo y el comercio son las dos caras de la misma moneda. El consumo familiar, especialmente en sus índices de confianza, permanece en valores negativos, tal como se reflejó en la investigación referida al "índice de confianza de los consumidores" publicado en este periódico el pasado día 15 de noviembre. Sin embargo, podían intuirse ciertos síntomas de tímida reactivación del consumo de bienes básicos. Incluso se insinuaba, dentro de una situación negativa, una cierta mejora en la capacidad de ahorro.Tales indicadores tienen su reflejo en el estudio cuyos datos básicos se incluyen en esta misma página. La situación empresarial del comercio es mala sin ambages. Basta observar la destrucción de empresas y de puesto de trabajo. Además del retroceso del consumo, sufren las restricciones de las entidades financieras para cubrir sus problemas de tesorería. Sin embargo, a medio plazo, siendo negativa la perspectiva, comienza a insinuarse una percepción menos negativa, especialmente en bienes de consumo básico. Las ventas del comercio minorista en Balears durante el mes de octubre se mantiene en cifras negativas (-4,1%), lo mismo que el empleo (-4,6%). Pero, en cualquier caso, son menos negativas que las equivalentes al octubre 2008. Aunque su intensidad disminuya, la crisis que afecta al comercio y consumo sigue vigente. Aun sabiendo que resulta imposible regresar al consumismo sin límite, la economía familiar sigue tambaleándose, entre otros factores, por falta de perspectivas entorno al empleo. Además de necesitar una apertura del grifo de las entidades financieras, el sector comercio parece que frena su caída libre, pero deberá hacer esfuerzos de reconversión en productos y servicios.
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