F. GUIJARRO. PALMA.
Los pequeños y medianos establecimientos no ocultan su resistencia a abrir sus puertas el próximo domingo, uno de los ocho festivos con actividad autorizada durante este año, ante el temor a que la experiencia no resulte rentable. Los comercios consultados apuntaron que la decisión final va a depender del volumen de afluencia de público de estas próximas jornadas y de la meteorología. Incluso algún propietario de más de una tienda reconoció ayer que sólo iba a abrir una de ellas con el fin de concentrar las ventas de ese día en ese establecimiento y cerrar los demás. Por contra, las grandes superficies y muchas cadenas van a abrir pasado mañana.En las calles comerciales se confirmaba que una parte de las tiendas iban a permanecer cerradas, aunque se pronosticaba que "como las franquicias van a abrir, van a tirar de muchos establecimientos"El presidente de la patronal Pimeco, Bernat Coll, subrayó el esfuerzo que su organización y Afedeco están realizando para conseguir que el número de establecimientos que trabajan en festivo sea el más alto posible, aunque admitió la dificultad existente para modificar hábitos tan arraigados. Sin embargo, defendió que pese a la crisis se dan las condiciones para que los comercios del centro de Palma y de grandes núcleos como Inca o Manacor abran sus puertas el domingo para mejorar así sus cuentas de resultados. También el vicepresidente de Afedeco, Pedro Mesquida, insistió en la necesidad de hacer el "sacrificio" de abrir para adaptarse así a los clientes, siempre y cuando ello no conlleve pérdidas para el negocio. En su opinión, algunos comerciantes deben de abandonar la mentalidad de "señorito" y flexibilizar sus horarios.Desde estas organizaciones se destaca la necesidad de que los empresarios del sector aprovechen un momento en que la demanda se ha reactivado, como es un periodo de rebajas, para aumentar sus ventas y evitar que este tipo de jornadas beneficien unicamente a las grandes empresas.
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